Samir

Hace unos meses, un profesor comenzó la clase contando un suceso.
Había ocurrido esa misma mañana, antes de que llegara al colegio.
Don X había hecho una obra de caridad. Estaba orgulloso de ella y no se ha podido resistir a compartirla con todos nosotros. Me ha encantado y os la reproduzco aquí:

"Pues me ha pasado esta mañana. Venía de mi casa hacia aquí pero, como siempre, me paro en un pueblo antes de llegar para tomar un café en el bar de siempre. Es curioso porque todos los días desde hace 10 años me encuentro en ese trayecto a un chico de unos 17 años que parece marroquí. Siempre en el mismo sitio, nos cruzamos; él caminando hacia el instituto y yo en el coche. Tanto me impactó verlo siempre que le he puesto hasta nombre: Samir. No es un chico normal. No sé dónde vive. Le veo aparecer de entre unos naranjos y camina cerca de 30 minutos. Hasta el año pasado, Samir, iba acompañado de una chica, supongo que su hermana. Bien, pues os cuento esto porque este noviembre, un día de lluvia, gris, triste les vi a los dos mojándose a más no poder y decidí parar y recogerlos pero, en el último momento me entró el miedo y seguí mi marcha. No ha habido otra cosa de la que me haya arrepentido más. Pude ayudarles, pude ser caritativo y, por miedo, no lo fui y siguieron "andando bajo la lluvia". Desde ese momento estaba en deuda con ellas. Todos los días esperaba a que lloviera con más fuerza que aquella mañana para recogerlos, secarlos y llevarlos al instituto. Pero, de repente un día ella ya no le acompañaba y él había conseguido una bicicleta.
Bendita mi suerte que hoy, el día después de mi cumpleaños, no iba en bicicleta y Samir hacía autoestop. ¡Cómo no voy a parar! Samir ha subido en mi coche muy vergonzoso y atemorizado. Yo tenía ganas de contarle todo: mira, llevo 10 años viéndote, hasta publiqué una columna en un periódico hablando de ti, un día de lluvia estuve a punto de parar y recogerte a ti y a tu hermana pero... Me ha sabido mal atolondrarle con mis historias y me he limitado a preguntarle por su bicicleta. Así, Samir y yo hemos llegado a su destino. Él al instituto y yo a por mi cortado diario. Pues eso, os lo quería contar. La verdad que me ha ayudado bastante. Aunque más me ayudó aquella mañana de noviembre. Desde aquel día valoro más todo lo que tengo y pienso más en todas las personas que se vuelcan conmigo y me miman y me tratan bien. ¿Por qué no hacéis lo mismo vosotros? Sería interesante"

Justo después de esta historia solo he podido aplaudir y mirar al profesor pensando gracias. Seguro que ha pensado que no ha servido para nada su historia pero a mí me ayudó. Y no solo voy a pensar en todo lo que tengo y en todas las personas que tengo alrededor que se preocupan por mí, sino que les voy a ayudar y voy a valorar más todo.

Gracias don X. Desde hoy, ha subido (aún más) en mi ránking.

Comentarios

  1. ¡Qué buena historia! Espero que tu propósito dure!

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  2. Bon viatge, xiquet... Que vaja molt bé per ahí fora...
    Ja saps el que ens va dir un tipo de Bilbao..."El colegio poco me enseñó, si es por el maestro, nunca aprendo"
    Una abraçada meua i altra del Tio Lenteja.

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