Acordes

Entré en casa y lo único que se escuchaba era una voz acompañando a una guitarra. Eran acordes y me gustaron porque me hicieron salir de este mundo. Me pararon en el tiempo y me ayudaron a olvidar por no sé cuántas horas que vivía en este planeta.

Aquellos acordes me abstrajeron de la rutina. Aquellos acordes me sonrieron. Aquellos acordes hicieron latir con más fuerza mi corazón. Aquellos acordes cerraron mis ojos y me llevaron a otra parte. Aquellos acordes hicieron que sólo se oyeran las cuerdas vibrar. Ni autobuses, ni coches, ni truenos, ni gritos, ni portazos.

Acordes.

Fuera llovía con fuerza pero no nos importaba. Los dos sabíamos que llueve en los momentos importantes y aquél lo estaba siendo. Se llevó mis fuerzas a otra parte. Ese momento me debilitó por un tiempo. Desconectó mi fuente de energía para volver a ponerla con más intensidad.

Aquellos acordes los tocaba un amigo. Me senté a su lado y él continuó el espectáculo como si no hubiera pasado nada. Siguió hasta bien entrada la noche y entre acordes y humo, entre acordes y alcohol, entre acordes y acordes pasó el tiempo. Y qué tiempo. Ese tiempo que nunca volverá. Ese tiempo en el que encontré por fin un poco de relajación. Ese tiempo que estaba buscando. Ese tiempo que ya no se llama tiempo. Ese tiempo invertido en escuchar a mi amigo, en oír llorar a su guitarra, en ver llover por la ventana y en estar por fin acogido en casa.

Fue muy intenso. Aquellos acordes pensaban por ellos mismos. Me hablaron. Me hicieron recapacitar sobre si todo aquello serviría para hacerme feliz. Me llevaron a analizar si estoy seguro de que quiero llegar a ser alguien.. Me hicieron pensar en si de verdad valía la pena llegar cansado a casa por el ajetreo del día a día. Si de verdad tenía valor el hacer las cosas con el mayor esfuerzo posible sin ver recompensa inmediata. Si los amigos son como las estrellas. Si luchar por ser el mejor es una pérdida de tiempo. Si de verdad la vida puede ser maravillosa. Si de verdad la gente te apoyará en algún momento malo.

En si de verdad la vida no es un sueño. Y si de verdad los sueños, sueños son.